domingo, 15 de febrero de 2015

Familias dependientes

En nuestro país, México, se viven diversas dinámicas sociales, por lo general muy arraigadas y difíciles de disolver. Desde el poco presumible machismo hasta la discriminación de lo propio, sin dejar de lado la servidumbre voluntaria. No está de más señalar que estas y otras dinámicas deben ser disueltas con extrema urgencia.

Otra de estas dinámicas del mexicano -que afortunadamente viene perdiendo fuerza, aunque a pasos lentos- es la estructura patriarcal de la familia, es decir, es el padre el responsable de llevar el sustento económico a casa u tomar las decisiones que a su juicio guíen a su familia (subordinados). La madre suele quedarse en casa para hacer las interminables labores domésticas, por su parte los hijos son enviados a la escuela con la intención de obtener un grado académico que le permita acceder a una vida laboral estable. Sin embargo, existen ocasiones donde la ruptura de la dinámica poco sana resulta aún peor; por ejemplo, que alguno de los miembros o el grueso de la familia, no sea capaz de cumplir con sus obligaciones y les exija las propias en grado excesivo a otro miembro. Es decir, puede darse el caso en que el esfuerzo de un familiar sea razón para mantener al resto puesto que se nieguen a realizar los esfuerzos que les corresponden.

Las familias que cuentan con un miembro "intelectual", lo que quiera que ello signifique, no están exentas de estos males. A pesar que los valores económicos suelen no corresponder con los valores intelectuales, sí es gratamente vivencial que el esfuerzo intelectual sea reconocido con el valor económico. Han existido desde hace algunos años a la fecha, gente que comenzó a desarrollar una actividad intelectual, ya literatura, ya cine y demás, con la que se pudo forjar un patrimonio. El problema surgió cuando las familias vieron en ello la oportunidad de una manutención infinita. Dejaron de esforzarse desde y para sí mismos con el pretexto de serles suficiente el ingreso de aquel otro. Cuando -hay que resaltar- esos esfuerzos fueron realizados no con la intención de lucrar. Así pues, tenemos los ejemplos cercanos de los herederos de Juan Rulfo, José Luis Cuevas y recientemente, Sergio Pitol.

Es una lástima que el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo que se entrega en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, ahora tenga el alias[i] de Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances; es una lástima que la familia de Sergio Pitol, ofenda a tan pródigo escritor al señalar que sus facultades mentales están mermadas cuando el señor aún domina temas tan diversos como la política rusa[ii]. La comunidad intelectual encabezada por la elegante escritora Margo Glantz, ha salido en defensa de quien también es uno de nuestros traductores más perspicuos. Defensa que él por sí mismo puede solventar pero cuya solidaridad siempre agradecerá el espíritu intelectual.



[i] Como señaló con justicia el comprometido Fernando del Paso
[ii] A juzgar por la charla entablada con el vigoroso Juan Villoro

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